Romper el ayuno antes de lo planeado

El cuerpo funciona como un reloj. Dicen que a veces es bueno variar un poco la hora del ayuno para que no se “acostumbre” y se le ocurra no gastar las reservas. Para mí, romper el ayuno a deshoras me provoca un molesto desbalance.

El cuerpo aprende y se va haciendo más eficiente, conservando la mayor cantidad de energía posible. Se traga tus músculos primero, así que si no haces fuerza prepárate para convertirte en una gelatina.

Pero también se traga tu mente. Si un día le arrojas alcohol o comida cuando no te toca, horas después lo pagarás.

Puede que tus horas de sueño cambien al tener más energía, o te deshidrates y retengas líquidos si tomas alcohol. Tu báscula te engañará.

La forma más fácil de hacer ayuno intermitente es dejando de cenar, el asunto es que esta es la hora en la que más tentaciones suele haber.

Romper el ayuno antes de lo planeado puede hacer que destruyas tu racha y tus ánimos.

Aguanta y disfruta, siempre hay formas de compensar al día siguiente.

Recuerda que de cualquier manera, todo el trabajo que llevas construido no se va a desmoronar en un solo día.

Jos.

Diarios de cuadritos (12 de 30)


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