Subimos Cofre de Perote un día y al siguiente Sierra Negra. Doble cumbre. Se supone que Sierra sería más difícil pero no fue así.
Aprendí que no puedes simplificar la dificultad de una subida con base sólo en su grado de inclinación.
Ver el viaje como un todo hizo que la segunda cumbre fuera más fácil.
- Para Sierra ya estábamos aclimatados. Puede ser que a la altura, a la temperatura, al ritmo, a estar en el mood.
- Para Sierra dormimos la noche en el hostal mientras que para Cofre veníamos de carretera.
- La ruta fue de menos tiempo en Sierra. A pesar de ser mucho más inclinada y requerir fuerza y concentración, en los descansos alcanzamos a tomar aire. El desgaste de caminar por horas y horas para mí es mayor que pocas horas más intensas. Aguanto más empezando de más arriba.
- El desayuno de Sierra fue bastante nutritivo. Aunque no solemos desayunar temprano, las proteínas ayudaron bastante.
Hay muchos conocimientos que se van sumando para facilitar las subidas. Detalles como el tipo de comida que puedes subir, hidratación, las capas adecuadas de ropa y tener buenos guías, hacen un mundo de diferencia.
Me emociona saber que la fuerza la vamos acumulando pero entender que las grandes montañas requieren de ambas habilidades: fuerza y resistencia.
Se podría decir que ya vivimos lo más parecido a una experiencia de alta montaña, donde subes en días consecutivos descansando lo necesario.
Jos.
Diarios de cuadritos (28 de 30)
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