Le gusta correr maratones. Viaja por el espacio para correrlos. Los corre todos (2k, 5k, 10k, y2k…). No es su principal motivación quedar en los primeros lugares. Aunque no es malo si lo hace, simplemente corre contra sí mismo. Él corre contra su tiempo, contra su marca, su record, su hazaña. Y no para. No para antes, ni durante, ni después. Su triunfo es aplastar su record. Descansa… sí descansa. A veces por días, o meses; incluso años. También lleva un bulto (su cuerpo está diseñado para correr con el bulto).
Le gustan los maratones y también le gustan las crepas.
Las crepas le gustan dulces y saladas (no al mismo tiempo). Las parte con una mano o con dos. A veces sin cuchillo. Las parte al revés y boca abajo. Los pedazos desiguales van entrando uno a uno a su boca. Entran a gran velocidad unos, otros entran a mediana velocidad (algunas veces hasta se detiene). Los pedazos grandes los lleva a su boca más lentamente. Se ensucia la barba peluda (cuando la tiene), y no se limpia los labios llenos de comida. Así le gusta. Y no lo comparte con nadie. Así le gusta también. Le gustan las crepas que distraen.
Le gustan los maratones y le gustan las crepas.
Pero lo que más le gusta es distraerse con el pesado tiempo
…y ganar.
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