Vamos a hacer un experimento.
Abre donde tengas tus fotografías.
Si están dentro de carpetas sácalas y ponlas todas juntas en otra.
Tienen que ser muchas.
¿No tienes muchas?
¡Deberías!
Luego no quiero que te arrepientas.
“Las lágrimas son trazos del pasado…”
Vamos a seguir con el experimento.
Ya tienes un montón de fotos dentro de una misma carpeta.
De todos sabores, texturas, colores, tamaños.
Dile a tu computadora que las ordene por tamaño.
Ahora abre la primera y si puedes la segunda, la tercera.
Algo que te deje pasar rápidamente entre una y otra con las flechas.
Rápidamente o con cuidado.
Puedes ver tu vida regada en recuerdos.
Todo es un mismo recuerdo que se entrelaza.
Las fechas no importan.
Unas fotografías se sonríen entre sí.
Otras reniegan, pero no dejan de verse.
Eventos tan dispares nunca se imaginaron juntos.
Tiene sentido tu pasado. Al menos otro.
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