Christopher McCandless (Emile Hirsch) es un joven norteamericano recién graduado que decidió alejarse del materialismo y convertirse en viajero. Tras atravesar California, Oregon, Dakota de sur, entre otros lugares, en un viaje que duró algo más de dos años, sintió el impulso de vivir solo en contacto con la naturaleza, por lo que se fue a Alaska. Allí, encontró un viejo autobús abandonado, que le sirvió de refugio. Con un rifle de caza y libros sobre plantas silvestres comestibles, vivió durante semanas.
Into the Wild es una película inspiradora, basada en una historia real. La actuación del muchacho es sumamente real, no se siente nada forzada, logra contagiar su ideología mediante sus escritos, su recuento de la historia. Me encanta que siempre está leyendo y escribiendo. Siempre menciona citas de autores importantes aplicándolos a la vida.
En su trayecto se da cuenta de que quiere ser catalogado como un aventurero, no por dejar sus lujos pretende pasar por un desamparado, sino que mediante su fuerza tanto psicológica como física, así como con la ayuda de algunos personajes importantes que tocan su vida, logra contrarrestar sus carencias.
Es un vaje acompañado por la grandeza de la naturaleza, las montañas, río, el gran cañón, animales grandes. La banda sonora por Eddie Vedder de Pearl Jam se acopla de una forma impresionante. La narración de la historia es perfectamente fluida.
Todos deberíamos de viajar para intentar encontrarnos a nosotros mismos. Pareciera que huir de los problemas irresponsablemente fue la decisión que tomó Alexander Supertramp, pero creo firmemente que va mucho más allá.
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