Recuerdo mi tercer pedazo de la tercera rosca de la semana. Fue después del tercer evento con rosca. (Hace unos minutos)
Me quedé con un hueco y estaba súper embutible porque era de superama. Ese día ya habían salido 4 Jesucitos y era imposible que saliera otro.
Pero sucedió un milagro. Le di una mordida a mi tercer pedazo de la tercera rosca de la semana, cuando sentí algo duro. ¡Ya valió monito!
Ya la neta ni me importaba, porque a todos les había salido el Yisus. Yo lo que no quería era desempotrarme una muela.
Y que lo veo de reojo. Y que era moreno.
¿Un Jesucito moreno? ¡Acorde a la realidad aramea!
Pero no.
Era un pedazo de higo duro.
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