Si… la gente supiera el horario de sus amigos y de sus enemigos, seguramente habría más rondas, más rides, más aventones. Seguramente también habría más casos de accidentes con títulos como:
“Mueren cuatro amigos en choque automovilístico”
“Choque de rondas deja a catorce heridos”
“Pidió ride, lo llevaron al cielo.”
“Les dan aventón mortal a tres estudiantes”
Los padres de familia exigirían a sus hijos:
“¡Cuidado con quien subas al carro!, ¡recuerda el índice de accidentes múltiples!”
Sería un honor estrellarse contra un árbol. Sería egoísta estrellarse solo.
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