No sé si en sus ciudades se percibe la llegada del otoño, en CDMX un poco, combinado con que desde el verano hay lluvias todo el tiempo, pero como casi no salgo de casa el cambio de estación es una fantasía. Fantasía alimentada por las series y películas que nos mostraban un Nueva York color sepia, en el que se antojaba beber un chocolate caliente o café o lo que sea que beban los nativos. En esas series y películas edulcoradas con los tópicos de siempre, los personajes se sentaban (o sientan, ya no sé) en las cafeterías alrededor de Central Park y lugares icónicos, con un libro enorme entre las manos, para leer durante un par de horas, como si la ciudad más ruidosa del país les brindara el momento idóneo de lectura.
Se me ocurrió que, alimentando ese imaginario, sería una buena idea pasar el otoño leyendo novelas sobre familia, oh, sí, familias de todo tipo. Estas novelas no son blocks imposibles de terminar, para nada, les aseguro que las leerán de un tirón; además, algunas de ellas están disponibles en plataformas de lectura y formatos electrónicos. Aquí van mis recomendaciones.
1. Esta novela ganó el prestigioso premio de la editorial. Se trata de la visión de una niña respecto a la conducta de sus padres, la relación entre ellos, cómo la irrupción de otros personajes en su vida cambia la dinámica a tal grado que la protagonista narradora no concibe que pueda llegar el fin de lo que conoce hasta el momento. Hay que sumar que la naturaleza, el entorno caleño, juega un papel importante en el desarrollo de la historia. #LecturaAmena
2. ¿Listos para llorar? A mí nadie me lo advirtió. Quienes recomendaban la novela se quedaban cortos acerca de lo fuerte que es y ni siquiera tenían apelativos exactos para ella, como yo no los tengo ahora, sorry. Brevemente: un hijo con una condición mental compleja debido a un acontecimiento familiar se reencuentra con su madre, a quien odia, pero un verano, ese verano, lo cambia por completo. Me recordó a Muerte en Venecia, pero ésta me sacudió mucho más. #PrepárateParaLlorar
3. ¿Existe el gen del mal? No lo sé, no soy genetista, pero me queda claro que hay una maldad innata en algunos niños; o para no ser tan cruel, en algunos adultos que comienzan a manifestarla desde niños. En esta novela, exploramos una maternidad llena de imposiciones sociales, desde lo que tiene que ser el ejercicio de la madre ideal, hasta la condena de no poder ver a sus hijos con objetividad porque una “buena madre” no debería juzgarlos. #MaternidadesNoConvencionales
4. Hay heridas familiares abiertas que no son nuestras, pero nos tocan aunque vengan de una generación anterior, nos atraviesan de tal manera, que nos cuestionamos si somos capaces de transmitirlas a la descendencia. Tarantela, tanto la novela como la danza, nos obliga a sacudirnos física y emocionalmente con intensidad hasta liberar el veneno que ha entrado en nuestro cuerpo a través de la herida de abuelos, tíos, hermanos, los otros. #NovelaSorprendente
5. Lo que me gusta de Nothomb es que va directo al grano, no adorna sus novelas con páginas de descripciones que no van a ninguna parte, sino que apunta directo al objetivo y construye algo contundente a partir de ese disparo. Esta novela trata sobre cómo algunos vínculos en el seno familiar son tan frágiles que es mejor pasarlos por alto y seguir con nuestras vidas; y aunque nos hacen falta, no son tan necesarios, pero la protagonista pone el corazón por encima de todo, el de los otros va por encima de ella misma. #ParaUnaTarde