Hace unos días, me sorprendí leyendo sobre el hombro de un pasajero en el camión lo que parecía ser un manual para escritores. Resultó ser el más reciente libro de Haruki Murakami. Nunca he sido gran fan de sus novelas, pero sí de sus cuentos, y lo que alcancé a leer, sonaba bien.
Como tallerista, los manuales para escritores me han servido para poner en palabras muchas ideas que sólo intuía, y como escritora he aprendido muchos trucos gracias a ellos, también he descubierto que hay más de una manera de hacer las cosas. El libro de Murakami parecía una charlita ligera así que lo compré. Se me hizo simpático que decidió ser escritor cuando bebía cerveza en un partido de baseball y se lanzó a escribir una novela como si fuera una epifanía. Pero el resto del libro consiste en darle vueltas a las cosas y no llegar a nada: “no creo en los premios literarios, aunque tal vez sí sirvan de algo, para mí nomás tantito, pero luego no… aunque quizás esté equivocado.” Y así con todo, al menos en la primera parte del libro: tiene una postura, luego la niega, le da la vuelta y jamás concreta. Así que su título (que no tiene signos de interrogación originalmente) es una pregunta muy honesta: ¿habrá alguien que pueda descifrar de qué habla este señor cuando habla de escribir?
No me siento con la autoridad para elaborar un manual propio, pero ante la pérdida irremediable de mis trescientos pesos (porque después de este artículo dudo que alguien quiera comprarme ese maldito libro, ni de segunda mano), pensé en compartir una lista de los manuales de escritura que me han sido significativos, para que ustedes no crean que todos son un laberinto como lo que ha escrito este señor al que no, métanselo en la cabeza de una vez, no le van a dar el Nobel nunca (porque escribe manuales mierda y no ha sido perseguido, ni representa a un país a quien los premios de Estocolmo quieran señalar; tampoco tiene una literatura que sirva para aleccionar al resto del mundo… y esa es mi postura ante los premios Nobel de Literatura, incluyendo el de Bob Dylan en vísperas de las elecciones más jodidas de Estados Unidos).
“De pronto, mientras pensaba en mi exesposa y buscaba a mi gato perdido por las ventanas del camión, escuché una voz que me susurraba, puede que se tratara del hombre cordero, aunque tal vez me equivoque, aunque puede ser que sí fuera, pero convertido en una lectora que había comprado mi manual de escritura, quizás en México; o no. Decía:
El nobel nunca… nuncaaaaa.”
Luego pensé por dónde comenzar, porque son muchos, y decidí que no me iba a alcanzar un solo artículo y es por eso (no mamen ya estoy como el Murakami, explicando todo, ¿ven cómo sí hace daño?) que en esta primera parte incluiría los que se enfocan a la escritura de novela:
Para ser novelista, de John Gardner
Escrito por el maestro de Raymond Carver, este librito empieza tirando netas y madrazos, para luego dar muy buenos consejos sobre qué trabajar, a qué echarle huevos según tus habilidades y deficiencias, y cómo funciona la industria editorial gringa (sí, ahí no nos sirve mucho para esta región, pero vale la pena).
La loca de la casa, de Rosa Montero
Una chulada de libro que te da el levantón cuando estás dudando del oficio. No sólo aborda herramientas desde lo autobiográfico y la observación de los detalles más sencillos, sino que, a través de una serie de anécdotas simpatiquísimas de su vida, la autora te muestra que sabe ejercer todos los trucos que enseña, de manera natural y sin pretención alguna. Sin duda, uno de mis favoritos.
El tiempo en la narración, Los secretos de la creatividad, Cómo crear personajes de ficción
Y toda la serie de manuales de Editorial Alba escritos por Silvia Adela Kohan: esta señora tiene todo un sistema de herramientas y ejemplos muy concisos. Tanto así que casi tiene un manual para cada necesidad. Desde escribir diálogos hasta mejorar las acciones en tu narrativa.
Mientras escribo, de Stephen King
Un libro que inicia con el sabroso chisme de su vida (el alcoholismo juvenil, la coca, la ñoñez, la anécdota de cómo tiró el borrador de Carrie a la basura y su esposa lo rescató, su lista de rechazos y la incredulidad cuando por fin, precisamente Carrie, pegó) y luego sigue con una serie de recomendaciones muy claras, muy netas, desde cuestiones de redacción hasta motivos para seguir aún después de tantos años de carrera y el atropellamiento que sufrió hace unos años (y no, no es la lana, aunque sí ayuda.)
Suspense, de Patricia Highsmith
Lleno del humor negro y sociopático de la creadora de Tom Ripley. Una excelente herramienta para quienes desean escribir género policíaco y detectivesco contemporáneo, pero también para todos aquellos que estén dispuestos a descubrir que la curiosidad y el morbo, son nuestros aliados cuando de hacer novela se trata.
Hay más, muchos más manuales, varios de autores mexicanos, pero por ahora, ahí la dejamos (pronto escribiré la segunda parte). Si ustedes conocen alguno (que no sea de Murakami, por amor de dios), se aceptan sugerencias. 
Recomendó para impetuosa: Cecilia Magaña.
Imagen que ilustra: Fragmento de Una larva de los libros por J. J. Grandville.
