¿Te sobrepasan los correos que te llegan? ¿Ya no le haces caso a las notificaciones de correo? Un primer paso es cancelar las suscripciones que no te interesan pero puedes hacer un poco más si utilizas filtros y acciones.
El problema es que son un montón
Administro varios sitios web y por lo tanto me llegan un montón de correos automáticos que me avisan, por ejemplo, cuando uno de ellos requiere mi atención. Esto puede llegar a ser molesto pero sobre todo innecesario.
Aunque los clientes de e-mail se han esforzado en agrupar los mensajes por tipo de actividad, pienso que para cuestiones de trabajo es mejor tener un buen control de tal manera que no se nos pierdan los mensajes importantes. En este sentido lo mejor es borrar y no acumularlos en la cuenta.
Puede parecerte una exageración pero sigue leyendo y verás que te puedo ahorrar unos cuantos vistazos a tu celular. Soy fan del inbox cero, en mi trabajo es imprescindible y puede que en el tuyo no tanto pero insisto, se siente bonito no tener que lidiar con lo mismo una y otra vez.
La solución rápida es filtrarlos
La mayoría de clientes de correo como Gmail te permiten crear filtros por remitente o palabra clave. Una vez que tenemos bien filtrados esos correos podemos aplicarles una acción automática: enviar a la papelera, marcar como spam, guardar en una carpeta, silenciar.
Aunque podría cancelar la suscripción a dichos correos automáticos no quiero hacerlo pues de vez en cuando alguno puede llamar mi atención. Es por eso que en mi caso los mando a la papelera y una vez ahí con un solo clic borro todo lo que no me interesa.
El plus de las notificaciones
Gracias a los filtros ya no me llegan las notificaciones al celular de los mensajes que borro automáticamente. No pierdo el tiempo y sé que tengo 30 días antes de que se borren de la papelera. Cuando suena la campanita de correo ya sé que es muy probable que deba prestar atención inmediata pues seguramente se trata de algo más personal.
Filtró para impetuosa, Jos Velasco.
Ilustración: Fragmento de Summer evening on Skagen’s Beach. Anna Ancher and Marie Krøyer walking together por P.S. Krøyer