No soy un escritor prudente y la verdad, si me sientas con una caguama delante de un teclado puedo redactar un artículo de lista sobre la pelusa, 1200 palabras, con todo y Puccas y nostalgia por las tecnologías pasadas; pero sufrí por años esta madre, el «bloqueo creativo».

Imaginar lo que mis lectores pensaban de mí me apanicaba tanto que mi miedo se volvió una voz en mi cabeza, dedicada a recolectar y exponerme las razones por las que estaba mejor así, sin publicar y haciendo cara de inteligente.

Bitácora de la pelusa, entrada 45: sin cambios.

Años después de construir y obedecer a esa voz, descubrí que no tengo el menor control sobre lo que me será adverso. También: mientras me preocupe por pendejadas como «qué va a opinar de mí el/la tipo/tipa que opina del carajo de mí», no escribo sobre la pelusa, ni sobre nada; una verdadera pena, pues mis inseguridades nunca consideran la existencia de ese otro lector hipotético que necesita leer sobre pelusas en alguna sala de espera del mundo.

Furthermore, he aprendido que la voz responsable del bloqueo creativo es infecciosa, transmisible y monótona en sus mames e insiste siempre en quejas y acusaciones como:

1. NO TIENES LA MÁQUINA DE ESCRIBIR +PRO 100% REAL NO FAKE

Que los dioses te libren de los fetiches de un escritor: sólo escriben a media tarde de un sábado con cielo cerrado y un viento húmedo tan cercano al clima londinense; se amarran a sus moleskines, listos para anotar madres que jamás releerán; observan fuentes con y sin serifas como si fuera porno; detectan y desnudan la sintaxis de lo literario, a la caza del modo correcto y unívoco de la correcta escritura, la elegante escritura, la técnica incuestionable que les salve de todo comentario crítico, amén.

Y quieren la pluma de escritor, la aplicación digital para escritores, o si son bien estimpunc, la máquina de escribir más acá, de escritor.

Where is your god now?

Nos dividimos entre personas que aspiran a escribir, que convirtieron el acto de la escritura y las condiciones sobre las que las obras maestras se consiguen en un fetiche tras el que el clima, el día, el segundo, las herramientas involucradas y el tema que han elegido juegan un rol vital y los que escribimos nuestros improperios en bloc de notas, les encontramos un medio, publicamos y vemos qué pasa.

¿Cómo superar la frustración de no tener la pluma correcta y que a nuestra jodida ciudad nomás no le de la gana parecerse ni tantito a Londres?, hay que abrazar los fetiches propios, reconocerlos y explorarlos bien, hasta el punto en el que seamos capaces de reducirlos a su expresión mínima.

Tl;dr: Tu moleskine es síntoma de que necesitas fijar horarios, necesitar tanto a Londres puede estar señalándote que necesitas tener esa conversación que tienes meses evadiendo y a menos que des clases de español, lo más probable es que de todos esos tiempos y modos verbales, en realidad apenas necesites un par.

Y hablando de tener un par…

2. TU TEXTO ESTÁ LLENO DE ERRORES GRAMATICALES Y DE REDACCIÓN Y DE HUMANIDAD

Hay errores en tus textos, los hay en todos lados claro, pero los de tus textos te hacen sentir culpable. Sí, aprende todo lo que puedas del lenguaje, pero también sacúdete esa culpa.

Lo que vamos a hacer puede ayudar a tratarla o vacunarla. Lee con atención los siguientes enunciados. Si tienes un amigo cerca, que te los lea en voz alta. En ciertos casos, recordar esto como un mantra puede ayudar bastante:

TODOS TUS TEXTOS TIENEN ERRORES.
TODOS LOS TEXTOS QUE ESCRIBAS TENDRÁN ERRORES.
ENTRE MÁS APRENDAS Y MÁS SEGURO TE SIENTAS, TUS ERRORES SERÁN PEORES.
NUNCA DEJARÁS DE EQUIVOCARTE.

ola zoi el diablho, khé

Es probable que la Gestapo gramatical comience a sangrar mi puerta luego de que te confíe esto, así que pon atención: si desaparezco, dile a mi gato que siempre lo amé y siempre supe que él no.

Luego, pretende que nunca nadie te contó esto, pero llévalo en tu corazón:
Clávate con la puntuación y terminarás confundido ante el empleo del punto y coma hasta el punto en el que dejes de usarlo; cásate con la idea de la conjugación correcta/elegante/inapelable de los verbos hasta que una oración compuesta te malviaje porque no se parece a los ejemplos de cajón y así es como acabas con construcciones oracionales de reina de belleza; Whatevs, si te clavas, las consecuencias tendrán un patrón muy predecible: cada paso dentro del bosque hará más difícil orientarse.

No necesito orientación. Oración corta. Oración corta. Oración laaaaaarga.

Lo normal es que cometas los mismos errores una y otra vez, yo me sé de memoria los míos: nunca distingo entre por qué y porque; sirio y cirio son palabras que tengo que revisar en un diccionario y en mi universo, todos los qués y los cómos y los tús llevan acento hasta que demuestren lo contrario; y por favor, no me hagas chillar sobre mi uso de la y y el punto y coma o ese asuntirijillo de la repetición de palabras.

Dejar de ver los árboles y aprender a ver el bosque, recordar la respuesta inicial o generarla, de no contar con ella: ¿para qué se está escribiendo?, si la intención es deslumbrar a la RAE o a cualquier otra entidad Real (lol) o imaginaria con nuestra capacidad de nunca cagarla, necesitamos una dosis de realidad: la falibilidad acompaña a la cognición, aprendemos cagándola y tu novela de vampiros robots sigue apestando, por sus errores sí, pero mucho más porque:

3. NO ERES SHAKESPEARE

En verdad necesito dejar de ver videos del niño rata, pero no tengo prisa. He aprendido a lidiar sin angustias con lo obsesivo que suelo ser una vez que me enamoro de alguna cosa: una banda de rock, una novela, un cuento, un autor, un comic, una caricatura, una pelusa y carajo, a veces hasta de una persona.

Así funciono y hasta donde entiendo, está bien, me es útil, siempre y cuando no convierta mis expectativas en objeto de mis obsesiones; eso haría que pasara la vida decepcionándome diario hasta terminar creyendo que tengo un problema de salud mental; que ok, puede ser, pero no creo que sea la razón por la que no termino mi novela de vampiros robots.

Ante lo lejos que nuestros proyectos están de la meta que idealizamos, nos atoramos porque no establecimos una metodología concreta y bien delimitada de desarrollo; y no, no te atoraste porque no tengas «la magia» de tal o cual autor u obra que no te sacas de la cabeza, ni porque en realidad tengas el talento de una porción de mayonesa que ha cobrado vida y quiere escribir una obra literaria.

Bitácora de la mayonesa escritora, entrada 188: Hoy el cielo ha amanecido con el cielo cerrado, principalmente porque un huracán atraviesa el país, así que he decidido escribir esta entrada en mi moleskine de días nublados; los únicos días en los que me siento de ánimos para escribir aunque sea un poco, pues normalmente me siento tan abrumada, como si todo el mundo estuviera esperando algo que no podré lograr, que quizá le corresponda a otro aderezo consciente, pero ¿por qué a mí, por qué siento tanta soledad?, aquí estoy, intentando de nuevo; luego de terminar esta entrada prepararé una taza de nescafé y me sentaré a verme fracasar de nuevo en el intento de traer al mundo esta idea innombrable que no puedo nombrar. Me dejaron en visto, de nuevo. Puto Whatsapp. Puta existencia. Me pregunto tantas cosas. Cómo carajos sostengo esta pluma, por ejemplo.

Te atoraste porque decidiste hacerlo. Eso probablemente es lo más duro de reconocer ante un drama de una magnitud tan microscópica como este; se llama autosabotaje y lo adoramos porque nos permite quedarnos en una zona conocida que aunque sepamos que también nos jode, nos ofrece la seguridad de que nada cambiará mientras sigamos malditos.

Por cierto, ya no se me ocurre cómo llenar la cuarta entrada así que, este… ¡hace un clima espectacular hoy!

Se desbloqueó para impetuosa, José Pérez.
Portada del texto: Fragmento de Sunshū Ejiri de Hokusai.

No escribas, estúpido mortal — 4 lugares comunes del bloqueo creativo
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